En Haití, al igual que en otros países en los que trabaja el Fondo, el nexo entre mujeres y agua es indiscutible y preponderante, pues son ellas quienes proporcionan prácticamente toda el agua que se utiliza en los hogares. Saben dónde están las fuentes de agua y los horarios de servicio de los quioscos públicos, y son las encargadas de recogerla, almacenarla y administrarla. Además, la reciclan para aprovecharla eficientemente y conocen su calidad: usan la menos limpia para lavar y regar, y tratan de preservarla de la contaminación. También inciden en su conservación y son responsables casi en su totalidad de la producción agrícola de autoconsumo, fundamental para la soberanía alimentaria del país.
De momento, gracias al programa puesto en marcha en Haití, se rehabilitarán y extenderán las redes de distribución de agua de 12 ciudades de más de 10.000 habitantes, así como un gran número de sistemas en zonas rurales, y hasta hoy se han mejorado las condiciones de acceso al agua de cerca de medio millón de personas en todo el país.
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El Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) es un instrumento de la Cooperación Española que tiene como principal objetivo asegurar el acceso a agua potable y saneamiento a las poblaciones más necesitadas de América Latina y el Caribe. Desde el Gobierno de España se han desembolsado 791 millones de euros en donaciones que han conformado, junto con las aportaciones de las contrapartes locales, una cartera de 1.276 millones de euros. En Haití, concretamente el programa del FCAS comenzó en el año 2012 y sigue ejecutándose. Al final de este, se habrán invertido cerca de 100 millones de dólares en la mejora de las infraestructuras de agua y saneamiento del país, así como en el refuerzo de capacidades técnicas.
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